El Día Internacional de la Mujer se instauró en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo de las mujeres. Nuestros laboratorios han encendido las luces de color violeta para reivindicar uno de los principales logros del feminismo: “Ser madre es un derecho, no un deber”.
Antes, una mujer podía querer ser madre porque consideraba que era su única función en la vida. Ahora, en las sociedades avanzadas, eligen ser madres o no serlo y deciden cómo y cuándo.

Los especialistas en reproducción asistida nos encontramos con nuevos perfiles de pacientes que reflejan los cambios en nuestra sociedad.

Cada vez más mujeres creen que ya no necesitan a un hombre a su lado para tener una vida plena y se plantean la maternidad en solitario. Algunas pacientes piden tratamiento de banco de semen porque no han encontrado al hombre ideal con quien ser madres. Otras prefieren vitrificar sus óvulos porque esperan el momento adecuado para ser madres y no quieren agobiarse cada cumpleaños pensando que sus óvulos envejecen. También recurren a nosotros las parejas de mujeres lesbianas que desean decidir quién gesta el embarazo y quién aporta los ovocitos, para que el hijo sea de ambas.

Las técnicas de reproducción asistida están ayudando a las mujeres a poder ser madres en todas estas situaciones.

En Institut Marqués, en los últimos cuatro años, el número de mujeres sin pareja masculina que acceden a técnicas de reproducción asistida se ha multiplicado por cuatro.

La tendencia de la mujer actual es tener pocos hijos y retrasar cada vez más la edad de tenerlos. Primero estudia y luego trabaja, quiere una maternidad responsable y antes de tener hijos desea tener estabilidad económica y laboral. Esto no es compatible con tener muchos hijos ni con tenerlos muy pronto.

Saben el importante esfuerzo que supone trabajar fuera y dentro de casa, atender a hijos y pareja y, en muchos casos, dada la edad también a sus mayores.
Tenemos que tener en cuenta que retrasar la maternidad tiene riesgos porque el organismo disminuye su capacidad para adaptarse a los cambios que supone un embarazo y además aumenta la posibilidad de presentar esterilidad por envejecimiento ovárico. Pero incitar a las mujeres a que tengan a sus hijos en edad más joven es un discurso ineficaz dadas las condiciones económicas y anticuado por incompatible con la preparación profesional para el trabajo.
La realidad del retraso en la maternidad y el declive en las tasas de fertilidad son parte de una tendencia social en los países desarrollados.
¿Os parece que esto es temporal o irá en aumento?

Follow