En el año 2004, Institut Marquès inició el primer Programa de Adopción de Embriones del mundo.
Lo pusimos en marcha para dar una posibilidad de vida a los embriones congelados en nuestro centro. Esta iniciativa acoge embriones procedentes de parejas jóvenes y sanas que, finalizaron con éxito su ciclo de Fecundación in Vitro y que confiaron a la clínica el futuro de aquellos que ya no necesitaban
Desde el inicio, la respuesta ha sido emocionante por la aceptación social, el apoyo ofrecido por diferentes colectivos y la ilusión con la que llegan mujeres de todo el mundo para adoptarlos.
¡Lo que no me podía imaginar es lo que nos está pasando!
Estamos recibiendo embriones de pacientes de otros países para el Programa de Adopción de embriones de Institut Marquès: Nos llegan solicitudes de traslado de embriones de personas que los tienen en otros países donde no pueden donarlos. Si cumplen todos los requisitos para ser “donables”, los aceptamos. Los pacientes, los biólogos y los médicos nos dan toda la información para evaluarlos.
Este fenómeno es tan excepcional que lo hemos presentado en el congreso de la European Society of Human Reproduction (ESHRE). El Dr. Borja Marquès fue el encargado de explicarlo ante la comunidad científica.
Hemos recibido muchas solicitudes pero os cuento el primer caso: Unos pacientes de Grecia realizaron un ciclo de FIV con donación de ovocitos y semen del cónyuge en el año 2015 en una clínica de Tesalónica. Cuando llegó la fecha para la transferencia del embrión, la paciente cayó enferma y los médicos le recomendaron que desestimara el embarazo. Ella ya tenía 2 hijos de una pareja anterior y su marido actual, con quien realizó el tratamiento, no tiene hijos propios. Él escribió: “mi ilusión era tener un hijo con la mujer que amo. Ahora me conformo con tener descendencia, aunque nunca llegue a conocerla.” Ella, por su parte, nos mandó este mensaje: “ Los hijos son una bendición y quiero ayudar a otra mujer porque sé como se sufre cuando se desean y no se tienen”.
Así que, en 2017 llegaron a Barcelona 4 blastocistos congelados (embriones con 5 días de vida) con toda la información necesaria y cumpliendo nuestros criterios para considerarlos donables, los pusimos en el banco de embriones.
Un año después, una pareja alemana que había sufrido la muerte de su único hijo de 18 años en un accidente de moto, recibe uno de estos embriones y nace un niño precioso.
En el año 2019, a una paciente italiana, soltera, con 3 ciclos de FIV sin éxito en Turín le hacemos transfer de uno de estos blastocistos y ya en el 2020 nace una niña guapísima.
A los otros dos embriones todavía no les ha tocado salir de la “guardería del frío”
Cuando pienso cómo describir esto, no sé cómo elegir las mejores palabras… Generosidad, responsabilidad, globalización al servicio de la bondad, ¿Qué palabras pondrías tú?
Según nuestro estudio presentado en la ESHRE, el 51% de los pacientes que finalizan un ciclo de reproducción asistida no comunican el destino que desean dar a los embriones que no utilizaron en el tratamiento que siguieron para ser padres.
Por otro lado, cada vez hay menos adopciones internacionales de niños y más adopciones internacionales de embriones. Detrás de cada caso hay una historia especialmente triste: Bien de muchos fracasos en tratamientos previos o de haber abandonado la posibilidad de ser padres por diferentes razones.
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