Esta es la historia de cómo descubrimos lo que oyen los bebés dentro del útero y de cómo reaccionan cuando les llega el sonido. Os la voy a ir contando paso a paso.

(1) TENÍAMOS QUE PONER MÚSICA A LOS FETOS 

Habíamos conseguido mejorar la fecundación in vitro aplicando vibraciones musicales a las incubadoras de embriones, y ahora teníamos que ponerle música a los fetos. Lo primero que hicimos fue poner altavoces en el abdomen de las embarazadas a intensidad muy elevada (la equivalente al despegar de un avión) y, al hacer la ecografía, vimos que no se producía ninguna reacción en el feto. De hecho, en las ecografías los ginecólogos tampoco habíamos observado nunca cambios en el feto por ruidos externos o porque la madre hablara.

Así que pensamos que quizás no la oían, que igual que los fetos pueden ver pero no ven porque no les llega la luz, seguramente pueden oír pero no oyen porque apenas les llega el sonido. De esta forma apareció nuestro objetivo: había que acercarles la fuente de sonido… había que ponerle hilo musical al útero. Y se me ocurrió que debíamos intentarlo poniendo un altavoz en la vagina de las embarazadas.

Efectivamente, durante muchos meses sólo conseguí que se rieran de mí. Pero al contárselo a mi amigo Luis Pallarés, ingeniero informático (y por lo que vimos después, manitas de la electrónica), vi que no se reía, sino que se ponía manos a la obra. En pocas semanas diseñó un dispositivo con un altavoz y batería y lo conectó a una fuente externa de sonido. ¡Así tuvimos el prototipo inicial! 

La primera ecografía la realizamos a una bióloga de nuestro equipo. Ana estaba embarazada de 6 meses. Al empezar la eco, el feto estaba dormido. Encendimos el dispositivo, pusimos música de guitarra española y se despertó… empezó a mover la boca y la lengua… parecía que estaba cantando o hablando!!!! Nos quedamos en shock mientras Paco de Lucía seguía tocando.

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