En nuestro Equipo de Esterilidad nos encontramos continuamente situaciones que nos plantean problemas éticos. La suerte es que somos muchos y tenemos puntos de vista bien distintos que nos ayudan a ver las cosas desde muchos aspectos y tomar una decisión conjunta.

Partimos de las siguientes premisas:

– Somos médicos, es decir, hemos orientado nuestra vida a ayudar a los demás, en nuestro caso específico a intentar que sean padres. La esterilidad, según la OMS, es una enfermedad, no una incapacidad.

– La Ley de reproducción asistida española en su última modificación eliminó el párrafo que decía que para acceder a las técnicas de reproducción los pacientes debían estar en plena salud psicofísica. Esto se hizo porque hay enfermedades que no incapacitan para ser padres aunque esas personas no gocen de plena salud, por ejemplo. Los pacientes parapléjicos en silla de ruedas.

– No somos la policía, no pedimos certificados ni libros de familia.

– Hay ciertas situaciones que se presentan antes de que las propias leyes las contemplen. Por ejemplo, parejas de mujeres casadas que nos han pedido ser madres con un semen de donante, poniendo una los óvulos y la otra el útero, antes de que esto estuviera aceptado legalmente.

Os comento alguna de estas situaciones.

Tenemos solicitudes de Fecundación in Vitro de parejas “sospechosas”: varón europeo de 50-60 años con mujer vietnamita o de Etiopía de unos 30 años que no se entienden entre ellos en ningún idioma. Parece claro que son acuerdos a través de Internet, pero nos llegan como una pareja que desea tener un hijo.

O por ejemplo, una pareja que ha donado embriones sobrantes de su ciclo de Fecundación in Vitro. Casualmente tengo información de que ese varón tiene denuncias por maltratador. Sabemos que esta conducta patológica no tiene componente hereditario pero personalmente soy incapaz de asignar estos embriones a ninguna pareja.

¿Que opináis? ¿Qué os parece que deberíamos hacer?

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