Cuando sentimos que la vida nos ha dado la oportunidad de conseguir algunos de nuestros sueños, de disfrutar nuestra pasión por algunas cosas, creo que debemos comprometernos a transmitirlos a otros. Es una forma bonita de devolvérselo a la vida.
Movidos por esta pasión, desde hace muchos años abrimos nuestro laboratorio de Fecundación In Vitro a aquellos estudiantes que se interesan por la biología y la medicina. Organizamos visitas en pequeños grupos de chicos y chicas; son privilegiados que han conseguido plaza gracias a sus buenas notas. Lo viven como un premio. Son jóvenes que se encuentran en el instituto, en un momento crucial para sus carreras: elegir su profesión.
Estoy muy orgullosa de ver cómo salen maravillados del laboratorio. Les fascina ver en directo aquello que sólo vieron en un libro o en una página web. A nuestros biólogos les encanta explicarles su trabajo y dejarles presenciar los milagros que cada día suceden en las incubadoras.
Nuestra forma de contribuir al futuro de la Reproducción Asistida es estudiando, investigando, innovando y compartiendo nuestro conocimiento con los compañeros de profesión en los congresos más importantes de nuestro sector. Pero, también, entregando la semilla de la “pasión embrionaria” a estos estudiantes que el día de mañana continuarán trabajando para hacer realidad la ilusión de tantas personas con dificultades para conseguir tener un bebé.
Aquí os dejo un vídeo de una de las últimas visitas.