La edad ovárica no es siempre la cronológica. Cuando hablamos de las probabilidades de quedarte embarazada en cada ciclo, los médicos nos referimos a la edad ovárica, y es importante que la conozcas porque es tu nivel de reserva de óvulos buenos. Este dato se obtiene a través de un simple análisis de sangre, y ni siquiera tienes que estar en ayunas. En la actualidad, el marcador clínico de elección para conocer la reserva ovárica de una mujer es la hormona antimülleriana (AMH). Esta hormona la producen las células de los folículos ováricos y no varía durante el ciclo menstrual. Pues bien, los resultados de este análisis se comparan con los establecidos como normales para cada edad.

Hasta ahora, para establecer la edad ovárica en Europa se estaban usando unos valores procedentes de análisis de mujeres de otros continentes, con lo que los resultados obtenidos no eran del todo fiables porque no se adaptaban a la realidad de las mujeres de nuestro país.

Nuestro estudio establecerá un antes y un después

Afortunadamente, esto ha pasado a la historia. Por primera vez, Institut Marquès y Laboratorios Echevarne han analizado los índices de la hormona antimülleriana (AMH) en una muestra inmensa de mujeres españolas (más de 10.000 de entre 20 y 45 años). El resultado es el estudio “Utilidad Clínica de la hormona antimülleriana en la predicción de la edad ovárica en España”, que determina los valores de la hormona antimülleriana en población española en función de la edad cronológica y obtiene una estimación de su reserva ovárica. Y esta investigación demuestra importantes diferencias en los resultados publicados previamente en otros países. Esto podría deberse a la falta de estandarización de la metodología para su medición, aunque también a factores asociados a la raza, medioambientales, etc.

¿Qué significa esto? Pues que ya disponemos de nuestras propias tablas de valoración de la población española, que son muy fáciles de usar y de gran utilidad para las mujeres, y podremos valorar con precisión su fertilidad mensual. La segunda gran noticia es que estas tablas pueden ser útiles también en el resto de países europeos, ya que, con toda seguridad,  los valores se acercan mucho más a su realidad que los que estaban usando hasta ahora.

Es frecuente que la edad ovárica de una mujer varíe unos 3 años arriba o abajo respecto a la cronológica. Por ejemplo, podríamos encontrarnos con el caso de que una mujer de 37 años tuviera una edad ovárica de 40; este hecho podría comportar una variación del pronóstico de su reserva ovárica y de su índice de fertilidad.

¿Qué me aporta conocer mi edad ovárica?

La mujer nace con una dotación ya establecida de ovocitos que progresivamente van desapareciendo por un fenómeno llamado atresia, de forma que, al llegar a la pubertad, quedan aproximadamente unos 300.000 óvulos en los ovarios. En cada ciclo menstrual se desarrollan unos 1.000 ovocitos, pero solo uno llega a la ovulación; los demás se perderán.

En la consulta, muchas de mis pacientes se sorprenden cuando les explico que a los 35 años suelen quedar solo el 10% de los óvulos y que su calidad también va empeorando progresivamente. Tampoco nadie les ha explicado que es importantísimo saber el estado de su reserva ovárica porque, aunque ellas se consideren jóvenes, puede que sus óvulos no lo sean tanto.

Conociendo tu edad ovárica podrás planificar mejor tu futura maternidad: si quieres adelantarla o si prefieres vitrificar tus óvulos o, en el peor de los casos, constatar que vas a necesitar óvulos de una donante.

En conclusión, los valores de referencia de AMH obtenidos nos permiten informar a las mujeres de su reserva ovárica real y de su índice de fertilidad mensual, y pueden emplearse para aconsejar a una paciente sobre sus posibilidades de éxito en una estimulación ovárica, para vitrificar ovocitos o para fecundación in vitro, ya que son un fiel pronóstico de la cantidad y calidad de sus óvulos.

Gracias a este estudio, también hemos observado diferencias en los niveles de la hormona antimülleriana entre comunidades autónomas españolas, pero, de momento, sin ningún patrón que pueda explicarlas. Seguiremos investigando…

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